miércoles, 23 de octubre de 2013

Olvido, por Poldy Bird

Ya te olvidé. No sé como ocurrió. Pensaba que nunca iba a suceder, y sin embargo, ya ves, ha llegado el olvido como llega la desesperación, como llega el miedo, el insomnio, el amanecer, la lluvia.
Tal vez no me creas, allá a la distancia (nunca fue tan grande la distancia que nos separó, nunca tan grande como ésta que te retiene en la ausencia, te enmudece, convierte lo que vivimos plenamente en un puñado de cenizas y en un interrogante: ¿de verás sucedió?).
Ya te olvidé.
No recuerdo tus ojos de muchacho, desenfadados, acostumbrados a internarse por caminos vedados, tus ojos hachando el bosque con que defiendo mi mirada, llegando al territorio donde mi niñez corre despreocupadamente, donde mi niñez tiembla de noche porque le teme a la oscuridad, donde mi adolescencia se queda en mí y te llama... (yo no, mi adolescencia, mi caprichosa chiquilla inconformable que no quiere perder una batalla):
No recuerdo tus ojos.
No recuerdo tus manos delgadas, con venas como ríos de un mapa, cuyo itinerario yo seguía con la yema del índice, barquito. Tus manos usando de tamboriles los manteles de la cervecería.
No recuerdo tus manos.
No recuerdo tu risa. Echada hacia atrás, como una luz, con dos hoyuelos alargados entre las mejillas, dándote un aire de hombre pintado por el Greco, de campesino encontrando el camino angosto que trepa hacia Calatayud.
No recuerdo tu risa.
No recuerdo tu torso, largo, cruzado por el movimiento de aspas de tus brazos increíbles, envolviéndome como espirales.
No recuerdo tu torso.
No recuerdo verte de corbata y traje, molesto y escapándote de la camisa de cuello almidonado.
No te recuerdo de "jeans" y remera azul, con todo el verano alrededor, parado en el medio de la gente y diciéndome adiós con la mano mientras mi taxi se alejaba y me veías cada vez más borrosa, y te veía cada vez más quieto y pequeño y más punto azul latiendo en aire azul y leve.
No, no te recuerdo. Podés hacer una hoguera con tu orgullo, con tu vanidad de hombre que se cree inolvidable, que cree que puede volver en cualquier momento y yo voy a decirte que sí, que cuándo, que a qué hora. que te estaba esperando...
Podés hacer una hoguera con mis cartas. Podés hacer una hoguera donde se quemen también y para siempre, las palabras que tendí hasta tu oído como un puente de flores y de estrellas.
Porque ya no me acuerdo de vos.
Porque ya no me acuerdo: te olvidé... y si no querés creerlo, no lo creas, pero dejame repetirlo hasta convercerme. Dejame, por lo menos intentar este olvido que tarda tanto, que no llega nunca...

La autora



Poldy Bird nació en Paraná, Argentina, en el año 1941. 
A los 16 años publicó su primer poema en el diario La Prensa y comenzó a colaborar con otras revistas, pero no fue hasta 1969 que publicara su primer libro, Cuentos para Verónica.
Fundó la editorial Orión junto a su marido y al día de hoy continúa escribiendo para diferentes medios.

3 comentarios:

Flavia dijo...

No hay poema más hermoso!

Unknown dijo...

Mamá me mostró tu libro y me acuerdo de frases como esta caricias al alma gracias

zunildasusana0@gmail.com dijo...

Poldy me acompaño toda mí adolescencia y pude refugiarme en sus abrazos de letras cada vez que necestaba una amiga.
La extraño , no puedo aceptar que haya cerrado sus ojitos y ya no pertenezca a este mundo que nos rodea y nos somete a su suerte . Ella perfumaba el aire que respiramos , le daba colores a la vida , le ponía un halo de luz a la tristeza y tenía la magia se permitirnos escapar de realidades abrumadoras para recibirnos en sus jardines de góticas e imprentas hechas de amor , dulcura y calidez..